domingo, agosto 31, 2003

Nos Seremos.

Le ví los ojos concienzudamente, pensé: "Nadie puede estar tan lleno de lo que no existe".

El camina con distancias tan exactas, nunca cruzará tu sombra. Está siempre maquinando tanto que irradiaría una cara abstractamente placentera. No te comentará sobre el día y no caminará más de 5 minutos junto a tí. No se sobresalta, su deporte extremo es imaginarse en un juicio, donde la suma de sus acciones le dara el resultado simple y en una fase: positivo o negativo. Sobrestima a los subestimados, le atemorizan y los elude con una amabilidad que solo podría describirse como pulcra o inmaculada (yo digo ruín). Se permite 4 o 5 locuras al día, algún comentario alevoso, impropio, un juicio cuasi-fascista el cual le asegure provocar algo más que indiferencia en los demás. No anhela la atención, le tutea y se la lleva de usted al mismo tiempo. Se las ha arreglado para formar su propia coherencia, se ha embutido una de letras cada noche tan sólo para poder sentir que, agradablemente, todas las ha olvidado esta mañana.

Yo le conozco, le he seguido torpemente, le he hablado un par de veces y nunca he podido desnudarle del encriptamiento tan perfectamente entrenado que simula con tan perfectos modales y tan encarados comentarios.

No me cuadra, no me dispongo a dejarlo ir, no me pidas soltarle.

Si no soy su sombra soy algo más que su espía o su perseguidor (puesto que le conozco). Digo esto porque un día le ví meter la mano entre los chocolates amargos y el hijodeputa se robó uno con forma de osito. Yo le ví. Yo le ví. Y nunca se me va a olvidar. El guiño que le otorgó a su osuno cómplice antes de morderle y ensalivarle lentamente. Nadie enmudece tanto mientras come, nadie palidece tanto al terminar de comer.

No lo voy a dejar, no le voy a soltar. Y espero me entiendan que él no me cuadra, no es(oy) la persona que siquiera llene el perfil de un "alguien"("uno"). Se escapa de y se escudriña en conceptos como "escurridizo y fantasmal", como si imitara un comportamiento y sin embargo se(me) sintiera siempre partícipe de una emulación. Hay un poco de miedo al pensar que me emula ahora a mí(nos...), volteo y me(nos...?) apresuro a buscarle en la posición que yo escogería si me(le) observara y no me(nos, le) veo. Todavía no me(nos?) suplanta, tal vez sea yo(nos!!) el que no le(nos!!!!!) cuadre. Pero no me(ARGH!) importa, estaré siguiéndole(...) para verle cuando me emule, cuando se transmute en mí..... no te dejaré ser otra vez lo que me dijiste cuando nos conocimos:

"Otro día nos seremos".

Claro que te(mí) escuché, claramente.

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