Orgánico
Hoy quise responderle a mis entrañas, pero primero les dejé hablar. Empezamos con una perfecta mañana despertando tarde y lentamente. En el desayuno no deglutí sino unas Zucaritas porque añoraban mis entrañas su Grrriquisimo sabor a Diabetes perniciosa. mis entrañas se apiadaron del enano que aseguran que es mi hermano (yo pongo la prueba de DNA en medio) y jugamos el más insípido y deslucido videojuego enla historia de todas las consolas. Es tan malo que lo mejor que se puede hacer con él es grabar 4 minutos de audio con grabadora de reportero y, sin miramientos, mandar el cassette (desos de "metal Hg-más-no-se-qué-pinche-elemento-inventado-en-los-80s") al DJ de Polymarch para que al fin contribuya con algo positivo para la humanidad. Regresé a la pantalla y entonces olvidé por un rato que mis entrañas no acordan con la misa, se quejaron y me recriminaron la falta de tacto. Para chiquearlas les prometí un masaje y un capitulo después de Asimov en el baño (enorme Altar de la Lucidez Pudorosa), nos reconciliamos.
Busqué entonces horario para deleitar la entraña más entrañable (sic, burp y demás jergas literarias que apliquen): el lóbulo posterior. Hay que cuidarse de éste ya que tiene fama de traicionero, borrachales y vividor pero si se le trata como novia de rancho puede ser llevadero. Arre, pues que lo llevo al cinito y buscando algo que no le indigeste. Ya está: Bowling for Columbine a las 4 y 20, convenientemente ubicada en una plaza famosona que es frecuentada por la "High" (que generalmente me da "Low") y siendo éste un filme con requerimientos mayores a la neurona motora me animé a hacerla de sociólogo de las masas y mis entrañas extrañamente se mostraban también sensiblemente emocionadas por ello.
Las entrañas dieron un vuelco cuando en la cartelera exterior no vieron la multicitada peli. "Vergas!!" dije, utilizando una semientraña. "Bueno, igual y mis entrañas tienen suerte y acaban entrando en entrañas extrañas"(?) para lo cual un cierto par de entrañas inmediatamente se mostraron visiblemente alborotadas. Para apaciguar tan ruborosa sensación me aventuré por el Sanborns y me robé una revista de manera tan desfachatada (mis entrañas no estaban para molestarse y el hígado estaba decidido a echar la hueva), que casi se disculpan los empleados con luna mirada que se podría traducir: "Disculpe usted por tan siquiera imaginar que la revista que lleva en la mano no es suya".... las entrañas se mostraron indignadas y sacaron una disculpa verbal (que era disfraz de sus entrañas encabronadas).
Mis entrañas no pagaron el boleto del cine (no directamente) pero lograron que la fila se acortara: fueron dos o tres los comentarios emanados que chingaron a Don Carreño y sus buenas costumbres. Por fín aprendí algo: la gente de entrañas susceptibles (o bienacostumbradas, como se vea) debe tener también entrañas pacientes (y paseantes).
Le otorgué a mis entrañas un suculento helado con un gran disfrute, gozadera y regocijo de la fiel entraña hueca. El señor de las entrañas bajo sueldo dijo que no pasaría con mi razón de gozadera, a lo que mis entrañas le repudiaron tomando directa revancha al impactar el suculento monoesférico en su tremendo chaleco anti-balas (que no anti-bolas, se comprobó). mis entrañas se disculparon a regañadientes y medio pasillo más adelante regurgitaron como si estuvieran carcajeando, las muy cabronas.
La buenavibrosidad de mis entrañas continuó durante toda la película, coquetearon con entrañas púberes, prepúberes, solas y acompañadas. En el filme se notaron casi concentradas, armoniosas por primera vez. El filme estuvo excelente y la labor sociológica se llevó a buen puerto: Las niñas nice que abundaron en la sala salieron como se esperaba: igual de pendejas y comentando cosas como "O sea, ¿es película o documental?". Ellas piensan que los documentales sólo los hacen para la tele y salen "en el canal de la hache o en ése del logo del animalito". A mis entrañas poco le importaban mis juicios de cuarta y se enfocaban a llamar en ese lenguaje motil a las otras suculentas y chiquedas entrañas que seguramente pasan caviar, vino tinto, y demás viandas primermundistas no permisibles para las mías. Para no frustrarles los planes de ligue de mis entrañas, decidí comprarme unos clorets, un centrum, chingármelo todo junto y dejarlas a su libre albedrío.... a mis entrañas les vale un pito qué es el estupro.
miércoles, agosto 06, 2003
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