sábado, mayo 15, 2004

Del Locus

Admiro mucho a los escritores expresivos, quizá siendo la cualidad que más les aprecio su honestidad, su falta de argucias y, sobre todo, su pasión. Especialmente cerca tengo a Cortázar, a Tzara, a Artaud y recientemente a Feyerabend, todos genios (pero que parcialidad, por DIOS!) que han fracturado bases y métodos impositivos o establecidos en sus dominios de pasión (de labor). nadie les reconoce que para llegar a ello, han tenido que renunciar a cierto sosiego y muchas veces coquetear con la locura. Tuvieron que abrirse paso en el metasistema para poder criticar, derrocar y erigir la alternancia al método, con una gran variable: el aumento de lo PROPIO en cada uno de ellos. Y todo con argumentos lógicos y conceptos preestablecidos, con tradiciones enormes en contra y puristas y nihilistas y anarquistas violentos heciando ruido. En cuentas cortas: Siempre, desde que nacieron, tuvieron que jugar de Visitante.

1 comentario:

Unknown dijo...

Veamos cómo funciona esta "chunche".