sábado, febrero 03, 2007

Aislados.

Desdoblamiento de un mismo acto en dos tragicomedias:

UNO.- Diálogo con amigo "C.":

Viernes por la noche. Ricosushi y C. se encuentran en una cantina antiquísima, confrontados con dos chabelas recién servidas, antes de entregarse a la bebestialidad, Ricosushi ataca a su receptor con:

- ¿Qué show C.? ¿Cómo ándas?
- Depende, a ratos de la chingada y a ratos de la verga. - responde sardónicamente.
- ¿Y eso?
- Pedos. Digamos que llevo 40 días comprando el doble de porno.
- ¿Oferta vs Demanda?¿Castidad Unilateral?¿Volviste a leer el Mahabarahta?¿Sífilis, Gonorrea?¿Propósito de año nuevo?¿Onanismo en Retrospectiva?
- Llevo 40 días que me separé de E.

Ricosushi, vencido por esa ficticia gravedad y, a falta de adjetividad, inaugura un momento "Condorito", torna los ojos hacia arriba buscando un resuelto "PLOP!" o, de jodido, un "Exijo una explicación".

C. siempre desenvuelto e inquieto, abre las palmas, en señal de indiferencia. Habiéndome infectado de empatía, desempolva la laringe con un trago sordo. Ricosushi se va a la rockola y coloca:
La Copa Rota - José Feliciano

DOS.- Diálogo con amigo "L."

Sábado en la mañana, lerdo, macilento y lluvioso. Ricosushi maldespierta tarareando canciones de Fckn Burritos. Nostalgia por el juego de Nintendo "Punchout". Voltea a la recámara de enfrente: vacía desde hace 8 meses. Piensa brevemente: "Si compartiera ese cuarto con algún compa, ése sería el buen L."

Suena el teléfono. Léase lo siguiente como diálogo sobrensayado y cansado:

- Quiooooooooooooooobo, lobo.- Es L.
- Quiooooboooooo.
- ¡Eyn!
- ¿Qué pedo?
- ¿Ya desayunaste?
- No, vente y vamos.
- Zaaaaaaaaaz.


10 minutos después llega, pasa. Ya sentado espeta:

- ¡Pues malas noticias!
- ¿Cuáles?
- Me separé de P.
- ¿A poco?
- Eeeeyyyn.
- ¡Mierda! ¿Cómo?

El peor adverbio se materializa antes de poder recularlo: "¿Cómo?". Era muy temprano para saber la respuesta, trastabilla. Al escuchar al adverbio y los ecos de su resonancia, L. se rasca por reflejo: lo desconocido produce un escozor insistente, como si reptara divagante entre las meninges. L. se incorpora:

- ¿Cómo?. .. Ayer.

No existe mejor respuesta. Ricosushi toma su chamarra, abre el portón y decide que tal réplica amerita llevarlo a un gran buffet, a un lugar rebosante de complicidades y pecatas minutas. Era un día para amancebar los impulsos inmediatos, ofuscar la sordidez con excesos. Era también la hora de vadear los constructos de los adverbios: de volverse suficiente: de volverse isla: de-volverse.

No hay comentarios: