miércoles, febrero 07, 2007

Nómadas.

Ella, con los ojos desterrados de ver, se encuentra poblando el salón con su otra desatención. Ella tiene detrás de los ojos otra historia que se sucede como una secuencia de colapsos y desmembramientos. Él se deja trenzar por cálidos brazos oportunistas, mientras detrás de la lengua, en su garganta, empuja, resistiendo al ansia que empieza a fermentarse, ácida y fétidamente, petrificándose. Para él, entregado a un breve solaz corporal y a el estímulo fácil, dejar a Ella encallada, grávida y pesada, ahora le resulta un poco como estirar la memoria. Él ahora descubre que incluso la memoria es un sitio que duele. Ella decide y contradecide, se monta en un destino para luego maniatarlo a algún escenario de desatino donde, ya acaecido, se perpetúa la contemplación de su propia indefensión ante la estática. Él, superfluamente desagraviado intenta reducirse al instinto, a la voracidad, a la necesaria repulsión que significa el contacto. Élla, desdibujada, se desentiende de su perpetua dosis de realidad. Él piensa desembarazarse de la paradoja ofrendando el cuerpo, penetrando en otra para despojarla a Ella. Élla, estólida y agotada, adopta la reconstrucción a partir de los fragmentos de sus quebrantos, y empieza a ensamblarse.

Ella, inmóvil, se repliega y, de facto, se aísla de él: ella estará bien.
Él, excitado, se viene y al venirse resuenan los ecos de los que rehuía, revienta la liga de la memoria: él no podrá olvidarla.

1 comentario:

isis dijo...

adriannnnnn, me late, me gusta, me gusta, me late:
"su otra desatención"
"poblando el salón"
"con los ojos desterrados de ver"

me late, me gusta mucho. nomás que tiene UN dejo de 'recórcholis', que sucede durante y después de: "adoptar la reconstrucción a partir de los fragmentos de sus --¿los?-- quebrantos, y empieza a ensamblarse".
No... Sí, me gusta mucho, me gusta.