domingo, marzo 11, 2007

Antivago

Antes de caer en la contradicción o en la obsolescencia, el texto que debió implantarse aquí decidió esperar a su antítesis para desdecirse y replegarse al territorio de lo abstracto. Previo a que se dibujaran los gramemas y danzaran para establecer un mensaje, surgió una idea de tal escala y trascendencia que, en un impassé, condenó al mismo texto a un blindaje contra-contrargumentos. Y es que este texto, limítrofe, de frontera y vanguardia, nació lleno de contradicciones, neoparadigmas, y por esto se creyó insuficiente y le vino entonces por la deconstrucción previsora. Es decir, el texto se vió tan potencial y universal que tuvo que revisarse y reconstruirse, eliminando aquellas cosas que podrían ser atacadas, criticadas o malinterpretadas por el imberbe lector. Así, el texto mismo, presa pavorosa de su posible uso, empezó a desvencijarse y a caer tasajeado y automutilado hasta reducirse a ésto: una débil excusa por la que hoy, simplemente, no hay texto.

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