
Entre los deberes remunerables de Ricosushi, está el de educar a una manada de postpubertos (preparatorianos) impartiendo cierta materia que se autoproclama "Desarrollo Sustentable". La esencia de la materia es racionalizar los recursos económicos, sociales, políticos y ambientales para que las futuras generaciones humanas puedan tener por lo menos las mismas oportunidades de desarrollo que nosotros (Léase: Que por lo menos sobrevivan). Después de un semestre de conceptos, casos aislados e idealizados y melosidades abstractas que se leen en éste sitio de la UNESCO, decidí lanzarme al ruedo y tratar de confrontar a mis niños-burbuja con campañas de ciudadanía activa ruda y dura: necesaria.
Empezamos con ésta imagen (de un chico Ghanés), cuya camiseta dice:
"Whoever has the most things when he dies, wins"
Ironía aparte, y empezar a despotricar contra el consumismo.
Ya entrados en materia, éste mes ahorré lo suficiente para poderme comprar la revista Adbusters. Dentro de los geniales artículos y dossiers que contiene, incluye éste, sobre el consumismo, que mis pupilos leyeron a complitud.
Siendo también el distinguido "profe" de Ecología, comenté también que la estrategia ambiental más efectiva es la reducción. Punto. Menos automóvil, menos carne, menos alimentos empacados, menos abuso de la energía eléctrica, menos bolsas de plástico, menos tiempo en la ducha, menos compras en general, menos, menos, menos.
Terminó la clase, donde todos se comprometieron (oralmente) a reducir en algo sus consumos diarios. Acabada la clase, y ya todos guardando sus pertenencias, una alumna saca su celular, enciende el ventilador, tira su botella de agua (sin comprimirla, siquiera) y le llama a su amiga que estaba en la escalera de la misma escuela , diciéndole:
"Gueeeey, vámonos a Gale (plaza comercial) en los dos carros, porque qué hueva ir a comprar ropa cargando con las bolsotas de Zara (tienda de ropa) de ambas en uno"
Ricosushi, hoy, salió vencido del aula.
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