Hace unos días, un amigo retomó un texto que publiqué aquí y, además de hacer el favor de hacerle "proof-reading", hizo la doble labor de construir un texto libre que se revuelve sobre el mismo tema. Ambos textos pueden tomarse como contrapunto y encontrarse en un texto que no tiene dueño (Internet dixit). ¡Disfruten!
Texto A: La mecánica de la Inacción.
Por: Ricosushi
Todo nace de lo previo, por esto Fedro culpa a esa casta de antecedentes que se presentaron como nostalgia el que ahora lse encuentre inmerso en una nueva sucesión-de-la-indecisión. Un quebranto de futuro que se apila a base de sucedáneos erróneos y castizos, un constructo de anteriores secos y caducos que tiembla, se sacude y reacomoda ante cualquier intento de remembranza. ¿Cómo excavar entre el moho de lo pasado es alfombre inamovible por el peso de uno mismo? Éste pasado, aunque seco, erizo y baldío, no peca de antidinámico y estable. Se construye y decae y se reconstituye y remueve y conmueve, piensa Fedro. A veces, en faena de arqueólogo abstracto, desdobla esta pedacera para encontrarse con la rebaba lo ocurrido entre las manos: tizne de recuerdos vagos e inmemoriales. Tanto deseo de futuro para apilarlo entre la desangulada arquitectura de lo sucedido parece una cosa fútil. Inmerso entre estos deseos consumados-consumidos es cuando una veta de la memoria brilla acelerando su decisión, entonces dice:
Uno de vainilla, por favor.
Texto B: La mecánica de la Inanición
Autor:MRA
Lo viejo se repite en lo nuevo. Así cada encuentro es el reencuentro, cada elección repite la duda original, piensa Fedro. La nostalgia del pretérito se previene con la vista en el horizonte. No falsos reemplazos que perpetúen la separación primaria de la tierra -de la madre, en realidad piensa Fedro-; tampoco la inevitable recurrencia de los recuerdos perennes que reconfortan y martirizan. El pasado es uno y cada quien es su pasado. Un amasijo de memoria, fragmentos insolubles de aquello que hemos sido. El acomodo de las piezas, un rayo de luz, el deseo de lo que está por ocurrir gobierna ahora sus palabras, Fedro piensa en el orden del presente, lo aprovecha y dice: Uno de vainilla, por favor.
martes, marzo 18, 2008
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