Tan grande fué La Revelación, que el mero contorno de ella le hizo saber que sólo restaba callar y esperar sonriente su plácida muerte.
Tan arraigado es lo bello al acto de crear, que uno comprende por qué La Creación, La Belleza y La Deidad son siempre confundidas.
jueves, junio 05, 2008
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