martes, octubre 28, 2008

Arribista

Pateó el guijarro lo más fuerte que pudo y al grito de "¡ARRIBISTA!" se encogió de hombros y sin mayor premura despilfarró su morralla sobre el pasto, creando un nuevo (y falso) Dios para los testigos. Así derrochaba ________ su sed de parsimonia y complacencia, vertiendo su ganancia pero sin pérdida. Ahora, rodeado de un corifeo de postrados apóstoles e inmerso de vítores falsables que conforme encontraban volumen perdían el significado, se recitaba la risa, en dosis desangeladas.
El guijarro sigue en el aire supendidop ante su indefensión. Cuando llega al punto donde la victoria es equidistante aunque la suerte final sea echada, éste punto de última oportunidad de elegir destino, le sirve a _________ para estimar el pasado posible y crear, para sí, una caída horizontal. Aquí es donde cuajan las roturas que zurcen la realidad.

Como epígrafe de su acción Newtoniana, se viene el desesperante tiempo que ocurre cuando caen las prórrogas. El fantasma de la oportunidad maldita que deviene en destino porque la imposibilidad de la retracción hacia adelante, junto con la de la clarificación de la paradoja, impiden que el guijarro regrese hacia arriba. Y todos los apóstoles exhalan de violenta paz cuanod el guijarro cumple con la mecánica promesa de volver a caer al piso. Aunque estuvo arriba por un álgido y voraz momento, el secreto a voces se revelaba: BAJISTA, que es lo más correcto.

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