lunes, noviembre 17, 2008

Paul Hornschemeier

Llevo un año de conocer la obra de Paul Hornschemeier. Habitante de la activísima ciudad de Chicago, que es hoy para la narrativa gŕafica lo que fue Seattle para el grunge o Bristol para el trip-hop. El trabajo de Hornschemeier se antoja introspectivo-furtivo, sus personajes e historias suceden en la teatralidad de lo común (una visita a los padres, la chica que trabaja en una tienda de ropa, un paseo a una feria rural) pero con protagonistas que practican una panóptica de introspección-fascinación-reacción continua a los estimulos de "la realidad común". Sin tratar de descifrar los motivos, se brinca de una secuencia furtiva a otra todavía más sorpresiva e improbable. Todo esto mediado por páneles estrictos pero delicadamente estáticos y de trazo fino, de coloracion precisa y preciosa. El resultado: una furia de pasividades. Así se construyen las atmósferas narrativas de Hornschemeier: un mosaico de reacciones individuales que frisan la atipia interior, desarollada en el común exterior (¿Será que uno construye lo extraordinario dentro de lo común?). Desde esta hilación de reacciones imperfectas de sus protagonistas la coherencia se construye sola. Sin decodificar al individuo, podemos chapotear en su identidad, uno se siente el infante y apacible intruso.



No contento con lograr una finísima narrativa gráfica, Hornschemeier tiene también un par de historias publicadas en la revista MOME. La literatura de Hornschemeier corre paralela y clarifica la comprensión de su obra gráfica, una narración cuidada y fluída que rebota entre la nostalgia y la inesperada reaccion del presente. Con puntualísimas introspecciones-reflexiones cortas e incisivas que nos regresan sin escalas al meollo. Hornschemeier controla perfectamente el ritmo de la dispersión-retorno. Genera una literatura latente (porque late), sagaz, controlada. Al igual que en su narrativa gráfica, es imposible resolver a los protagonistas, que revelan sólo cuanto sus mínimas acciones quieren. Hornschemeier manipula con maestría la relación espectador-obra: sólo te permite empatizar hasta aqui. Y con ese rasgo de superficie, es suficiente para conmovernos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

escribes cada vez mejor ¿te has dado cuenta?

I've told you so many times now, but hey I terrificly enjoy your company

cya nxt wk


btw, I'll try to read and watch as much as I can of all those references you've provided me with, some of them a while ago. I haven't done my homework, master =S