jueves, enero 07, 2010

Ludópata

Dios nunca ha jugado a los dados. Si acaso por ahora juega a los palillos chinos, y cada vez que tocaba una hebra sólida, se trastocaba un poco toda la estructura del universo conocido, es decir, que se venía algo tan trivial como un traspié y, cuanod fallaba, acaso un tsunami o un terremoto.

Si eso parece precario, al principio del universo le daba por jugar matatena, con las galaxias escapándosele cada vez más lejos. Cada turno tomaba una estrella gigantesca, y al rebotarla en el tejido espacio temporal, generalmente se sucedía una supernova, otras veces de tan impetuoso su afán se le devino algun rebote en hoyo negro. Un día el omnimpaciente mandó a volar el jueguito y las galaxias a volar por allá.

Inexorablemente, los palillos se agotan y así las oportunidades de Dios para influir en el universo. Se cansará de esperar y entonces buscará un juego nuevo, de reglas cortas pero consecuencias largas.

Los profetas, juguetones y serios a la vez, dicen que será "manotazo".

Y Paf.

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