Todo se resuelve. La conformidad en ello es otra historia, pero afortunadamente solemos escoger conflictos cuyas escalas de tiempo son asequibles a nuestra cordura o pragmatismo. Importa más la cantidad de dramedias superadas que su longitud, entonces. Si solemos medir el tiempo en eventos más que en esa flotación espacio/temporal, es oportuno decir que en este año ha ocurrido mucho tiempo.
Permítame evitar la lista de aflicciones que tomaron a bien visitarme y baste saber que fueron suficientes como para aprender a no regodearme demasiado en alguna como para evitar la desatención de la siguiente. Vamos, que ahora dejo sueltos e irresueltos con tal soltura que podría confundirse con indiferencia: muy por el contrario ahora decido invertirme mejor y en poco. A nadie le debo sino reciprocidad, y vaya que funciona.
Así las cosas: bien a quien da bien, y sólo a ellos.
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