No recordaba lo bien que se siente conversar suelto y hacer pactos comunes sin obstáculo alguno. Fluir. Tener cómplice de ñoñez académica, cine, teatro, música. Hacer reír a alguien por horas. No hay mejor estímulo que la risa honesta y ligera de una mujer.
Pues eso, a jugársela y buscar a alguien que se la juegue.
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