viernes, agosto 03, 2018

La pólvora en infiernitos

extraño escribir de aliento largo, pulsar teclas . Esta reactividad adulta obliga ya a presentarse tecnoculto, ya ataviarse de clasiconocedor. Poliedro finito que de tanta caras que presenta se siente piedra de río, seca por dentro. La inmersión que supone el sentarde a elucidar una sola idea sin que importe la consecuencia parece una vacación en sí misma. no sé en qué momento dejé de absorber los objetos culturales de continuo, de sostenutos y allegros y andantes y pausas a microcapítulos: la serialización de todo objeto cultirla me ha corrompido al punto donde me es difícil sostener tramas mayores a dos o tres eventos, asir el hilo general, caer en la sinécdoque facilona. ¿Por qué no dejar pelotear una idea, un sentimiento, una furia, un mito, una mentira, un pecado clandestino hastz que aprendamos hasta el sabor de su eco? La subordinación laboral trae la falacia de la petit urgencia como sustituto débil del azúcar vital, del elan, del leitmotiv. He pasado demasiado tiempo entre estados de cuenta y machacando libros al godreads como para reconstituirme en la asimilación y coyuntura de la cultura que he mal absorbido. Soy una mala salmuera, una paella de accidente del adulto. Un extraño extrañante, un común.

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