Semanario de lo insólito
Ar, ar, arrrr. Me limpio la garganta y gargareo cada vez que te veo venir. Y no es que tenga miedo de verte así de pequeña frente a tanto pavor, sino que me siento tan pequeño que de la nada se contrasta el mundo y se vuelve al menos simple en la dimensión colorida, el atónito atonal.
Ya no me busques en la frente, ni mires debajo de las faldas de lo inexplicable, estate quieta, mujer, por favor, que cada día que te veo haciéndome esto me siento culpable. ¿Cómo quieres que soporte tanta culpa si me buscas tantas veces al día? Cuando me encuentres voy a estar donde me dejaste, con mi cara de encontrado mirando tu cara de encontradora, ¿si?.
Voy a hacer una madeja de tus obsesiones y voy a meter lo que me gusta de tí en medio, a ver si así me dejas de rascar la piel con tantas preguntas sobre tus dudas. De las dudas voy a hacer una madeja para meterme ahí YO, y ver sí entre tanta interferencia, al fin, uno puede leer tranquilo.
Vámonos de viaje, aprovechémonos de la utopía del anonimato y en un momento de lucidez perfecta caminaremos por una alameda imaginaria que se va alargando y alargando como nuestras deudas pasionales, ¿vale?. Que si no te gusta, pues no nos movemos, a ver sí nos anti-perciben. Te voy a aventar en ese mismo instante en una mar de farras, para que alguna de las sendas voluptuosas te marquen como objeto adulterado y empieces a fosforecer, señalada para la equivalencia social, para la solvencia moral, para poderte decir "buenamiga".
Apresurate, que se nos va la idea de salir que es aún peor que la idea de quedarnos. Aunque la idea de meditarlo sea atractiva, mejor la idea de discutirlo en el taxi sea mejor, mientras masticamos la idea de que llegar ahí será ya irremediable y entonces la idea de la obligación de la idea será tan preponderante que nos veremos en la idea (inexistente) de ir a la fuerza, nos vamos a dejar de ideas para darnos en la madre con la idea del enojo, que, a final de cuentas, es la idea a la cual estaba predestinado todo lo anterior, joder.
domingo, octubre 19, 2003
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario