Existe!!!
Señora, ya no le haga aprender a su hijo esas pesadas tablas de mandamientos multiplicadores matemáticos. Tampoco le obligue a dividir el frágil mundo ni a lidiar con esas pesadas fracciones en tiempos globalizados. Sólo ayúdele a sumar, para que sepa que tener más es mejor. Empecínele en que las diferenciales y las integrales presuponen el infinito, así que definitivamente son del diablo. Las derivadas parciales asumen que hay algo constante, cuando todos sabemos de la omnipresencia dinámica ligada el diezmo. Integrar por partes es suponer un estado de equivalencia, cuando todos somos iguales ante sus ojos pero somos bien diferentes. Ahora sí, señora, dígale abiertamente a su hijo que las matemáticas fuera de la adición(adicción) material valen pa pura madre. Y no se preocupe más si lo(o la) tachan de pendejo(a), que ahora ya existe un término elegante par solventar el costo social, y eliminar con un golpe dramático de hipocondriatismo el valor de su nene, exprese: "Mi hijo padece de discalculia".
miércoles, noviembre 12, 2003
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