domingo, noviembre 02, 2003

Plan Maestro

Padezco de una miopía confocal. Ya se han de preguntar: ¿Y?, o ¿qué es la miopía confocal?, o cualquier comentario que lime ese tope verbal. Pues bien, la miopía confocal la puedo describir sólo en las mañanas:

No soy guapo. Esto lo sé desde que nací y ha sido tan constante que no me aterro de ello. Y si embargo el hecho de que haya ignorado tanto tiempo mi fealdad es la razón de mi miopía. Hoy me levanté como siempre; Tarde, enjugado y con la piedra de la acción enterrada en el lóbulo frontal. Esa piedra invisible que rasca y rasga hasta romperte el hilo de la flojera y me levanté como-no-tonía. Ya está: uno, dos segundos para ese autorecocimiento y buscar mis lentes que nunca se están quieto durante la noche y me han causado dos o tres ataques de crisis sonambular. hata aquí mi vista ha sido dle todo normal y bifásica. Al despertar abro pero no observo, ignoro todo y me grabo la silueta de mis lentes, como si la tuviera tatuada en mis ojos y lo demás borroso borroso hasta encontrarlos. No te engañes, que esto no es la miopía confocal, no todavía. Y es que cuando encuentro mis lentes ya considero un pequeño triunfo matinal, una bizarra abstracción del famoso
"quickie mañanero". Ambas proporcionan, una menos literalmente que la otra, extraordinaria lucidez.

Hasta aquí no hay problema, hasta aquí te puedo ver y hasta aquí no hay miopía que no conozcas. Abolida la disfoquia anterior paso a las labores de selección de ropa, cosa que ni a usté (y siendo francos ni a mí) nos importa. Pero vamos siendo honestos y déjame consfesarte que sí, que hay algo que selecciono con sumo cuidado y eso es el reloj. Y no es que sea yo un time-slave sino que lo considero el elemento más juguetón y móvil que acarreamos, los menos inerte y lo más dinámico, vamos, lo consonante y lo rítmico. No es de sorprenderse que relojes, tengo muchos muchos y guapura poca poca. Sigamos.

Les he dicho que soy miope natal pero que ahora padezco de una miopía de una severidad tremenda, y que sólo hasta ahora pienso hacerme el diagnóstico. Por eso vine aquí y te lo digo a tí y quiero saber si te ha pasado a tí, o si bien, nadie más ha sufrido de esto. Ahora sí, concisamente, Explícome:

Como ya te lo he dicho, no soy de buen ver. Soy simplemente inapreciable, por no maldecirme y no malintencionarme el día. Hoy, como siempre, después de vestirme he ido al baño. Un acicalamiento inútil pero bien dedicado, eso es lo que hago. y hoy se ha repetido esa miopía de la que vengo a contarte hoy se repitió esa extraña obtrusión y tú vas a decirmesi es normal o no o sí o nada. Porque hoy me ví al espejo y lo único definible era mi cara, y no sólo mi cara entera (eso hubiera sido bueno) sino que lo único que podía yo definir como mío eran
los ojos , un poco de los pómulos y un poco de la nariz. Mi boca era un manchón rosado, totalmente difuso. El cabello parecía una mala plana borrosa de algún mal borrador de algun mal cuento. Y el cuerpo no podía sino parecerme una masa incorpórea y etérea.

Paralizado por un momento, acercé mi mano ahora cercenada al espejo y quise quitar esa especie de rocío que rodeaba todo menos la zona de los ojos. Y te lo juro, sentí cómo tocaba una esponja a otra esponja. Mi tacto nunca había sido tan blando y mi brazo tan chato. Cuando quise mirar de reojo mi brazo, sentí cómo la afocalidad se salía del espejo y quería rodearme aquí, en este lado. Estaba atado por un tacto inerte a un espejo sin foco, y sólo podía ver la definición en mis ojos. Y así estaba yo cuando llegaste tú, y aquí estoy para que me quites la miopía, para que me devuelvas mis perímetros. Para sacarme de donde no salen ni las líneas. Estoy aquí y sé que me ves (lees), sé que me escuchas, sólo que me ignoras porque no estoy nada definido. Dime cómo veo el salir de aquí, que sólo ése es mi plan maestro.

No hay comentarios: