Zulema
Zulema es mi excusa, y es bien portada. sonríe siempre que le pido soportarme, así, callada y semiolvidada en un rincón. Esta ahí por-si-acaso el caos es otro, donde uno quiera pasear entre pinzas retrasadas. zulema sabe que estoy buscando algo, y me dice que soy un rarito cuando le digo que busco la finitud. Zulema chifla una canción que le enseñé cuando la buscaba de a poco, cuanod no había desesperación. ha´bia entonces sitios d´nde buscar, brillosos y concisos. Zulema me vé con un ojo siempre, cuida una cosa que puede que esté en una espalda que puede que esté viva, sin poderlo corroborrar. Cuando me abundaban los adjetivos, Zulema chiflaba casi diario, apaludía un sinfín de prosas y de combinaciones reflejas, sabía que estaba cerca. Zulema sólo lloró cuando me senté en una esquina a contar los sitios en vez de buscar. Zulema me quito los ojos de encima cuando empecé a rebuscar envez de refinar la búsqueda. no había entonces razón por la cual Zulema habitara más mi ansia de la búsqueda. Con una solvencia de miedo, até lo mejor de mi búsqueda yse lo dí. la antología era excelente, y sin embargo de me quedé siquiera con unr ecuerdo de la busca. Las escasas notas eran ardorosas y refulgentes, casi redivivas. Cuando Zulema osó tocarme, antes de irse, la camisa de estoicismo estaba endurecida. Excusa de reeestructuración. nación que ignoro es a donde se fué Zulema, sin palabras la Zulema, casi propia pero exiliada. Apuntaba siempre con sus manos a un lado como invit{andome a pasar hacia el lado claro de la meditación. y yo, obseso con al caotismo, me rehusaba. Cuando desterré a las metáforas fue cuando Zulema desapareció, y ahora sí que nadie, nadie me espera....
viernes, abril 30, 2004
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