Astronauta.
Orbita 1, tu ruta del día que no se deja predecir. Caminas dejando una estela larga, poco redundante. Es posbile que uno termine enterrado en predicciones sosas si quisiera prevenir el devenir de una trayectoria tan débil. Se podría decir que haz hecho de las desviaciones otra ruta. Orbita 2 descansa (pende) sobre unas manos que saquen del teclado las lentes que puedan acercarte en apariencia. Un telescopio también débil para igualar las condiciones y poder seguirte en esos débiles (también) pálpitos que suturan un cosmos sereno y vacuo, como los seguiría siendo si no lo interrumpiera la promesa de tu recorrido. Cuásares y novas desangeladas cuando tangencias sus nubes de belleza. ¿Quién no palidece ante tu inercia oscilante? El brillo eras tú, cuando hoy, que nos cruzamos. Fusionándose dos órbitas que, júrolo, me parecían paralelas y con una relación expectante-espectador. Mecánica Celestial. No más, no sólo sucedió un big bang, sino su rúbrica de consecuencias.
jueves, mayo 06, 2004
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