Simón, curtido amante, se sabe que desespera ante el aumento de las variables y por eso se ha hecho a desviar lo complejo hacia lo imperceptible.
Y ella intenta comprenderle. Ella intenta quererle.
Y Simón sabe, incluso quisiera, pero decide ignorarla porque:
Que él es Simón
Que es ella
y su desesperación
y su oferta de quererlo
y su nueva presencia
y su oculta esencia
y su frágil ignorancia
y el escaso tiempo
y los primeros cafés
y los fructuosos diálogos
y las ocurrentes presentaciones
y los contínuos cortejos
y las precisas fechas
y las preciosas familias
y las cuotas de tiempo
y la taimada agendación
y las pequeñas fallas
y las grandes reprimendas
y los infructuosos diálogos
y los pírricos reconcilios
y las perpétuas mímicas
y las mismas repeticiones
y el fermentado cansancio
y la aguda decisión
y la fecha que destrona las anteriores fechas
y la artera ejecución
y el vacío (que ése cuenta aunque no sea contable)
y depurar las variables
y, después del complejo paseo
Simón de nuevo.
jueves, febrero 28, 2008
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