"A veces me siento como pájaro alicaído que picotea en lo que acontece y que contempla con angustia la cada vez más débil voluntad de involucrarme en la actividad que percibo alrededor. Prefiero caer en constantes reflexiones que me alejan de los crudos, instintivos y cotidianos campos de batalla."
- tomado de enelcaos.
Y uno pretende que sustituye la experiencia con la sapiencia. Y entregado a una falaz ceguera del tacto, palpa la realidad como si le fuera ajena y novedosa. Un tímido constructor de fronteras: El testigo mudo de hechos que deviene en un pálpito de constructos que se revuelcan sobre los oleajes líquidos y efímeros de la realidad. Y este espejo táctil de agua falsa satura los pulmones para desviar las palabras a través del filtro de la conciencia. Y las palabras, tamizadas, slectas, comprimidas y-lustres colgadas como esferas del idolatrado arbol de la sapiencia. Ominosas, graves e indisolubles hasta que acabe la temporada otoño-invierno de falacias e incertidumbre. Para que entonces, los miembros de este caduco estoicismo ritual, alegremente, vuelven a caer en el mismo azaroso juego de la sobrevaluada reflexión. Done alf inal del escrito uno se siente menos solo. Y es que en el azar nadie está solo porque todo fenómeno parece sólido y significativo, y esta significación trae consigo la esperanza de inteiglibilidad que si bien engaña mientras lo hace te acompaña.
martes, octubre 21, 2008
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