lunes, agosto 25, 2014

Muestreo

Otra más. La pinza trémula viaja del suelo al frasco con sesgo decidido. Las hormigas bailan atrapadas en el ruido de sus trayectorias aceleradas porque una señal desaparece, luego otra, y otra más y hay que llenar ese espacial silencio con más confusión y menos desplazamiento. Varios cuerpos que señalaban el camino su casa, esa colmena en el aire negativo, estaban apagadas como semáforos después de la inadvertida tormenta de la madrugada.

No es necesario tocar al vecino para descubrir su ausencia. Cada desaparición como si quitaran una aguja que sostiene a este dios-rizoma. La comuna se afloja a vértigo como un campo de frágil gravedad y nadie se queda a comprobar su cimbra cuando al fin el eclipse se muda al hormiguero vecino. Nosotras, las morusas de la fuerza laboral, buscamos entre nosotras hermanas-rastro para regresar al hueco. Algunas compañeras se eslabonan y peregrinamos como rosario poseído que finalmente se estucha por tanteo.

 

 

No hay comentarios: